No hay que lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo. El sector de la automoción nos invita a ser prudentes, y más cuando se trata de coches eléctricos, que no son especialmente baratos.

Creíamos que Opel iba a democratizar este tipo de turismos lanzando el Ampera-e, que con sus 400 kilómetros de autonomía (300 en condiciones reales) permite hacer excursiones de un recorrido considerable. Sin embargo, todas nuestras esperanzas estaban puestas en el precio, que por lo visto no irá en consonancia de lo que se espera de un fabricante generalista. Opel se ha subido a la parra, o tal vez hemos sido nosotros los que hemos cometido el error ilusionándolos. Tenga quien tenga la culpa, lo que podemos afirmar es que no estará al alcance de todo hijo de vecino.
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