Como el invento le salga bien a Citroën, la planta de Vigo va a tener el trabajo asegurado durante bastante tiempo, porque esto es un coche planetario, es algo gordo. Hasta el 26 de octubre, casi trescientos periodistas del motor llegarán a Barcelona desde 26 países de cuatro continentes distintos. Vienen a probar la última y ambiciosa criatura salida de Galicia y que está predestinada a rodar por medio planeta.
Ya os dimos todos los detalles técnicos de este coche, que tendrá que competir con el Toledo y el Rapid. En cuanto a diseño exterior, no nos engañemos, de momento el Citroën ya tiene la primera mano ganada. No es un exabrupto de mal gusto como el anterior sedán que derivaron del C4. Esto está muy bien pensado y estudiado desde el cuartel general de Citroën, y por fuera quieren que sea impecable.
También se han asegurado de que mecánicamente y dinámicamente pueda resistir cualquier carretera, porque este modelo va a ir a mercados que no se caracterizan por tener las mejores calzadas del mundo. Países de la Cuenca Mediterránea, Europa Oriental, Iberoamérica, Asia…
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Por fortuna, los planes de Citroën incluyen el mercado español. Estará a la venta a finales de este año, aunque de precios todavía no ha hablado nadie. De todas maneras, si atendemos a sus especificaciones técnicas, hay un gasolina 1.2 que puede llevar cambio automático y no pagar impuesto de matriculación.
Lo más logrado es la sensación de espacio interior, y ya que el equipamiento es decente y satisfactorio sin tener que recurrir a fuegos de artificios y mil quinientas personalizaciones distintas, se puede decir que este gallego internacional va a ser un gran contendiente.
Para que lo descubráis a fondo, os emplazo al artículo extenso y jugoso que David le dedicó. Las fotos que veréis allí prueban que el Élysée es todo un galán. Sólo le falta que le monten uno de los nuevos motores tricilíndricos de PSA y el Start&Stop, pero tiempo al tiempo…