Más de uno ya tenía el currículum vitae listo para enviar a la fábrica que SEAT posee en Martorell desde hace un buen puñado de años. La llegada del Arona, el SUV compacto que competirá con los Opel Mokka, Renault Captur y compañía, generaba expectativas en quienes creían que su asignación se traduciría en un incremento de la demanda de puestos de trabajo, algo que por desgracia no ocurrirá.
Redistribución del personal
La firma española del grupo VAG se valdrá del personal de otras líneas de producción para dar vida al hermano pequeño del Ateca, que si no pasa nada raro llegará a los concesionarios durante la segunda mitad de 2017 tras el lanzamiento del nuevo Ibiza y el restyling del León.
Calculan que el Arona puede tener una demanda similar a la del Ateca, que ahora mismo está en unas 75.000 unidades. Como no piensan acudir al mercado laboral para contratar a nuevos trabajadores, no les quedará más remedio que recortar en otras líneas de producción. En estos momentos se está especulando con la posibilidad de que el León pase de tres a dos turnos, y que uno de esos turnos se dedique por completo al Arona. Consideran que el compacto tendrá más problemas para venderse en la recta final de su ciclo comercial.
Adaptarán las instalaciones
Esto significa que próximamente habrá muchos cambios en Martorell. De hecho, no hay que olvidar que a partir de 2018 dejarán de fabricar el Audi Q3, que volará rumbo a Hungría para ser ensamblado en la planta de Györ. A cambio, la firma de los cuatro aros confiará la producción del A1 a los empleados de la planta catalana, que también tendrán que ponerse las pilas con el nuevo Ibiza.
Como el espacio es el que es, pronto se prepararán para adaptar las instalaciones dedicadas al Q3. Estarán listas para dar cabida a la nueva generación de utilitarios del grupo, por lo que la línea 1, que ahora mismo solo tiene dos turnos, será la más moderna de todas y pasará a contar con tres turnos tal y como sucede con las del León y el Q3 en la actualidad.