Dinero para renovar las señales de tráfico y las carreteras no habrá, pero para comprar radares todo el que haga falta y más. Eso es lo que podemos decir después de que la Dirección General de Tráfico (DGT) haya abierto un concurso para comprar 16 radares. La empresa que se los suministre se llevará 1,1 millones de euros, que no es moco de pavo con la que está cayendo.
Serán radares que podrán estar fijos en la carretera o en un vehículo parado, por lo que también son móviles. María Seguí, directora de la DGT, dijo hace poco que los radares fijos son cosa del pasado y que a partir de ahora van a apostar por los móviles. Por eso estos radares no necesariamente deberán permanecer en una vía inmóviles.
¿Lo hacen por nuestro bien?
Con la compra de estos 16 radares de tipo láser barrera, cuyo coste por unidad es de 72.016 euros con el IVA incluido, pretenden detectar miles de infracciones por exceso de velocidad a lo largo del año, especialmente en carreteras secundarias. Los radares en cuestión incorporan una cámara digital que se encarga de hacer la foto y son capaces de tramitar la denuncia por ordenador. Una maravilla vamos.
En nuestro país hay 850 radares fijos y 250 móviles. De los 850 fijos unos 550 pertenecen a la DGT. El resto pertenecen a Cataluña y el País Vasco, dos comunidades autónomas con competencia en la gestión de tráfico (240 de los catalanes y 60 de los vascos). La Guardia Civil, por su parte, es la que tiene los 250 radares móviles para pillarnos por sorpresa.
Dos concursos más
La inversión de la DGT no se acaba ahí, ya que hay otros dos concursos que todavía no se han cerrado. Uno está valorado en 2,7 millones de euros que se destinarán al mantenimiento y el soporte del sistema informático que se encarga de tramitar las multas de tráfico. El otro, valorado en 1,4 millones de euros, tiene que ver con la contratación de un servicio de análisis cuantitativo de drogas.