Radares móviles sobre puentes


La Dirección General de Tráfico (DGT) quiere seguir recopilando dinero para hacer nuestras carreteras más seguras. Por ello, ahora se dedican a instalar radares móviles sobre puentes que son muy difíciles de detectar. Se apoyan en trípodes y se colocan por encima de autopistas y autovías en tramos rectos, nunca en curvas.

El que podéis ver en las imágenes ha sido visto en la autovía A-55 en Galicia, una de las que más siniestralidad ha registrado en Europa en los últimos años. Los accesos a Vigo han sido controlados por este sistema tan fastidioso que seguro que habrá sorprendido a más de un conductor.


Teoricamente para solucionar el problema se debería mejorar el estado de las carreteras de esa zona. Contraperaltes, curvas de doble radio y un tráfico muy denso han hecho que sea una de las más temidas de España. Sin embargo, lejos de buscar mejoras, la DGT sólo busca recaptar más dinero en tramos de recta, donde no hay peligro alguno.

Pero cuidado, hay más. Colocar esos trípodes significa colocar un coche al lado para controlarlo, no vaya a ser que un conductor se los lleve a casa. Eso hace que el puente se haga todavía más ancho, con el consiguiente engorro que puede suponer.

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