Toyota GT86, espectacular ofensiva audiovisual de Toyota


En Toyota se han gastado una pasta descomunal en celebrar su regreso por la puerta grande a los deportivos. El vídeo que os traemos hoy es espectacular se mire por donde se mire, y la casa no ha reparado en gastos. Se está emitiendo en el Reino Unido pero no creo que tardemos en ver este anuncio en nuestros televisores.

El anuncio narra la historia de una persona que vive en una sociedad que se ha digitalizado y artificializado tanto que se ha convertido en una mera ilusión. Es una analogía de en lo que se ha convertido nuestro mundo occidental, donde todo es plástico y virtual. El protagonista busca una escapatoria, algo que le vuelva a conectar con las sensaciones, que le haga sentirse de carne y hueso otra vez.

El encargado de dirigir esta historia es probablemente uno de los realizadores con más talento actualmente, Adam Berg, que ya eclipsó a medio mundo con la campaña que rodó para Philips y cuya minuta no debe ser precisamente barata. En cuanto a los efectos digitales y post-producción, Toyota tampoco se ha quedado a medias. Han sido encargados a los especialistas de Digital Domain, que han hecho películas como Tron Legacy, Transformers, Star Trek, Thor o El Curioso Caso de Benjamin Button. Vamos, que no son unos pelagatos con dos ordenadores en casa.

Adam Berg crea todo este universo para que Toyota tenga su metáfora: el GT86 es un coche que no es apto para todo el mundo. Es durísimo de suspensiones, el aislamiento de los ruidos exteriores, del motor y de sus vibraciones es mínimo. Te obliga a cambiar de marcha continuamente y a estar plenamente concentrado en sus ruedas traseras constantemente. Así que, todos aquellos que prefieran flotar en una burbuja cuando se meten en el habitáculo de su vehículo, no soportarían este coche ni dos semanas.

El MR2, el Supra y el Célica encandilaron a un montón de conductores, que se han sentido muy solos desde que desaparecieron estos modelos. Desde julio este gemelo del Subaru BRZ puede adquirirse en los concesionarios de nuestro país. El precio, qué queréis que os diga, no es escandaloso, tratándose del coche que se trata: 29.900 euros. Eso sí, lo tienes que conducir tú. Él no te va a poner las cosas fáciles mientras estés al volante.

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