Opel Astra 2022; a la chita callando ya van seis

Ha dado unas cuantas vueltas el mundo, desde que el Astra se ganó el ‘Mejor Coche de Europa’. Tutelada por el grupo Stellantis, Opel se ha vuelto muy políglota, aprendiendo francés e italiano,
pero aún se ve borroso el camino que va a seguir. Es una marca atrancada en indecisiones y vacilaciones y está necesitada de confianza en sus propias ideas.

En los dos últimos años, lo que se ha hecho en Peugeot, DS y en Citroën se ha replicado en Opel, sin añadir demasiadas exclusividades. Lo vimos de manera descarada en el 2020 con el Opel Corsa y el Peugeot 208, y lo vamos a ver de nuevo con el Astra ‘2022’, que ya es el sexto descendiente en su genealogía.

Tamaño

La osamenta primaria es la que yergue al Citroën C4 ‘2021, al DS 4 ‘2021’’ y al Peugeot 308 ‘2022’. Es comprensible que el concepto de estos turismos no difiera en exceso y sean cuatrillizos;
modelos medianos tirando a grandones, entre 4,36 y 4,40 centímetros de longitud. Los maleteros también son bastante parejos, con la salvedad de que el Astra y el 308 añaden una carrocería familiar. Tal vez, tener más hueco en el portaequipajes sea un factor influyente, en caso de que alguien sopese estas cuatro marcas.

Mecánicas

Más ausencia de originalidad o propuestas en la casa, si atendemos a las mecánicas. Gasolina 1.2 Puretech de tres cilindros, diésel 1.5 BlueHDI de cuatro cilindros, y cambios manuales y automáticos de convertidor de par. Veremos el híbrido enchufable del grupo Stellantis bifurcado en dos potencias (180 y 220 CV). Concretando, la horquilla de rendimiento irá de los 110 CV a los 220 CV, y las soluciones de ingeniería se repiten en bastantes catálogos de Citroën, DS, Peugeot y Opel. Ninguno está homologado en España como ECO; son de etiqueta verde o son de etiqueta azul.

Diseño

La silueta es bastante Opel Corsa ‘2020’ y Opel Mokka ‘2021’; hacia líneas rectas y sencillas, con unos pocos pellizcos, evitando lo churrigueresco y las redondeces. Los interiores se dan un aire entre los tres Opel, pese a que el Corsa nos deja elegir un cuadro de relojes de aguja y el Mokka y el Astra obligan a dos pantallas enganchadas, una con la instrumentación y otra para los asuntos de multimedios. Al mirarlo de perfil o por detrás, se ven muchos dientes de sierra, zigzags bruscos de chapa y cristal; esto se ve que es moda generalizada en la automoción, como lo de poner el nombre del modelo ocupando el portón entero.

Equipamiento

Todas las posibilidades electrónicas son conocidas de los últimos productos de Stellantis y algunas ya estaban en el Astra V, como la corrección de volante para sostenernos dentro de nuestro carril o la alarma de que se aproxima un coche mientras salimos del aparcamiento marcha atrás. Los radares, cámaras y sensores del Astra ayudan en la regulación constante de velocidad y en rebasadas semiasistidas a otros vehículos en vías rápidas; cuando llevamos activado el limitador, no deseamos cambiar su programación, pero estamos dando alcance a alguien que va más despacio.

Un micrófono que atiende a órdenes que damos a nuestro teléfono emparejado y que escucha algunos comandos para el navegador da la impresión de que sea cosa obligada entre los fabricantes. Vale este mismo comentario para el equipamiento de ledes adaptables al entorno y de encendido variable. Esta cuestión era un extra en marcas que se dan mucho tono cuando apareció el xenón, pero hoy se ha expandido en parte por la facilidad de montaje de la tecnología LED.

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