Nissan fabricará el sucesor del Almera en Barcelona: ¿a qué precio?


Ahora mismo, en la factoría de la Zona Franca, Nissan está anunciando en una rueda de prensa que los dimes y diretes con los sindicatos y la Administración Pública se han dado por terminados, y que, de todas las plantas que licitaban por el nuevo compacto de Nissan, es la barcelonesa quien se ha llevado la concesión.

A los japoneses les preocupaba bastante tomar la decisión estratégicamente adecuada, porque requería de una inversión en maquinaria de 130 millones de euros (con uno sólo que me cayera a mí, ya no volveríais a leer un artículo mío, y mis jefes andarían preguntándose dónde me he metido, que ya no respondo al teléfono).

Aparte de las significativas reformas en la planta, era necesario ampliar la plantilla con 1.000 trabajadores más. Y aquí estaba el problema con los sindicatos y con el gobierno catalán. Porque, obviamente, aquí nadie se fía de nadie. Nissan quería bajar los sueldos de todos y que entrasen los nuevos contratados. Obviamente, si haces esa jugada, al cabo de un año y con las nuevas leyes de despido que tenemos en España, Nissan podía echar a los antiguos empleados a la calle por mucho menos dinero y volver a contratar a otra hornada de hormigas obreras más solícitas y dispuestas a cobrar todavía menos.

Vencedores o derrotados

Los sindicatos han mantenido el pulso durante meses hasta llegar a un acuerdo que no convence a nadie, pero que parece lo máximo a lo que se podía aspirar. Se ha creado un doble escalón salarial. Los antiguos se quedan y cobran lo mismo, y los 1.000 que vengan, cobrarán un 20% menos. Además, Nissan dice que cada 365 días, la factoría de Barcelona trabaja 46 horas menos que la planta de Sunderland, en Inglaterra. De modo que otra exigencia por parte del fabricante era que, cobrando lo mismo, se aumentara la duración de la jornada de trabajo.

Otra cosa que no sabemos es qué habrá tenido que cederles a los japoneses el gobierno catalán para no perder el concurso. Beneficios fiscales, tributaciones inferiores… De todo esto no se ha dado ningún detalle. Pero estoy convencido de que alguien ha tenido que bajarse los pantalones, y mucho. Conseguir mil puestos de trabajo directos y otros tantos más que se generarán de forma indirecta no es algo que en esta península ahora mismo se pueda despreciar así como así.

La cuestión es que si quieres trabajo has de renunciar a muchos de tus derechos, y estar agradecido si llegas a cobrar 800 euros. Cuando lo consigues, te preguntas si has ganado o has perdido. Si pudieras decidir en este asunto entre Nissan y la fábrica, ¿qué es lo que hubieras hecho? Difícil de contestar.

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