En julio de 2012 ya os comenté que el circuito de Nürburgring se estaba aproximando a la quiebra por culpa de una mala gestión. Construir un parque de atracciones anexo no fue una gran idea, sobre todo porque la afluencia de público no era tan importante como se dijo en su día. Además, los costes de construirlo se subestimaron en exceso y ahora mismo la deuda es de 400 millones de euros. Demasiado dinero como para continuar como si no pasara nada.
Fracaso total
La empresa pública Nürburgring Automotive GmbH no ha tenido más remedio que ponerlo a la venta. La gestión ha sido pésima y al contrario de lo que sucede en España varios políticos han dimitido por ello. Por lo menos han tenido un poco de vergüenza.
Una empresa privada podría convertir las pérdidas en beneficios
El estado de Renania-Palatinado tenía que aportar 254 millones de euros de ayuda, pero al final no llegará ni un solo euro porque no merece la pena mantener un circuito que da pérdidas. Tendrá que ser una empresa privada la que gestione el que para muchos es el circuito más mítico del mundo, un lugar al que acuden año tras año miles de aficionados al mundo del motor. La duda está en saber si privatizando el circuito la cosa cambiará.
El futuro del ‘Infierno Verde’
La pregunta es… ¿Qué pasará con Nordschleife? Algunos creen que será inaccesible para el público general y se reservará a todas aquellas marcas que quieran realizar pruebas durante todo el año. Dicen que así podrían ganar más dinero, aunque tengo mis dudas porque algunas marcas ya tienen sus propios circuitos para hacer todas las pruebas que les plazca.
Por cierto, por si estáis interesados tengo que deciros que el precio de venta de Nürburgring es de 127 millones de euros. Igual algún jeque se anima.