Un Peugeot 205 GTi nuevo


O casi literalmente nuevo, porque algunas piezas estaban en tan buen estado que con bruñirlas ha sido suficiente. De todas maneras, Peugeot cumple su palabra de restaurar íntegramente el 205 GTi de quien ganase el concurso “GTi Project: The Remake.”

200 horas de trabajo distribuidas en tres etapas de restauración. Magia. Es una noticia que nos gusta porque hay muchísima gente que conserva con devoción unidades de coches que son un icono de un momento histórico. Restaurar es un arte y una pasión.

El taller donde se hizo todo el trabajo está en Madrid. El coche se desmontó hasta la última y más insignificante pieza. Una vez se abre de esa manera la caja de Pandora, las sorpresas con las que la gente del concesionario Peugeot Mosa Las Tablas se ha ido encontrando han sido una aventura.

El Jefe de Producto de Peugeot España resume el faraónico esfuerzo que han arrostrado los mecánicos de esta manera:

Buscamos en todo momento mantener el mayor número posible de piezas originales. Una filosofía que implicó un intenso esfuerzo en dos direcciones: salvar todo lo que estuviese en nuestra mano, y en los casos que no fuese así, buscar sustitutos provenientes de la dirección central de Peugeot, de puntos de la red oficial o incluso de otras unidades de 205 GTi.

Meticulosidad

Restaurar puede parecer a ojos paganos una obsesión. Una vez despiezado enteramente, la carrocería se lijó, pulió y repintó con minuciosidad para respetar el aspecto original. Devolver a la vida algunos detalles como la franja roja que recorre el lateral del vehículo o lustrar de nuevo las llantas fueron los desafíos más arduos de la primera fase de la restauración.

Por dentro las cosas no fueron más fáciles. La consola, el volante, la palanca de cambio, el interior de las puertas y las manetas, la tapicería… Todos esos elementos sufren un desgaste severo con el uso y las fricciones de los ocupantes. Unas piezas pudieron salvarse, otras hubo que retapizarlas y otras hubo que conseguirlas rebuscando entre lo más profundo de las reliquias de los almacenes de la marca.

El motor insigne 1.9 L 130 CV demostró haber resistido el paso del tiempo con absoluta dignidad. Y, aún así, se le ha devuelto todo el brío juvenil.

Juntas, bomba de agua, sistema de distribución, rectificación de culata y casquillos de las bielas son las intervenciones quirúrgicas de mayor magnitud.


Luego está lo más superficial, pero que si lo tuviéramos que hacer nosotros en un concesionario palideceríamos al ver la factura: todos los cables de la parte eléctrica, el caudalímetro, el embrague, la bomba de freno y los discos, los amortiguadores y sus brazos de suspensión, las rótulas de dirección… La lista de pequeños componentes mecánicos y eléctricos ocupa un par de folios.

Menos mal que al bloque propulsor, lo único que hubo que hacerle fue limpiarlo bien a fondo y sacarle brillo. Michelin puso su granito de arena regalando las cuatro gomas Pilot Sport.

Historia enternecedora para los fieles al espíritu deportivo del león. No son pocos los adeptos: a día de hoy, ya se han fabricado 10.000 Peugeot 208 GTi. Para mí, personalmente, esta fábula del 205 es bastante especial. De hecho, si quieres conocer toda la historia de la saga GTi, del 205 al novísimo 208, te va a encantar el siguiente reportaje:

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DEL 205 GTi AL 208 GTi, UN REPASO A LA SAGA DEPORTIVA DE PEUGEOT.

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