Prueba: SsangYong Rodius, un siete plazas práctico como pocos


Por nuestras manos ha pasado uno de los coches más familiares del mercado, y no precisamente porque nos resulte familiar. Si el SsangYong Rodius es familiar es por su condición de siete plazas, algo que te permite viajar a cualquier parte con un plus de espacio y confort que siempre se agradece.

El fabricante surcoreano ha trabajado duro para que sea mejor que su antecesor en todos los aspectos. Lo podemos apreciar observándolo desde unos cuantos metros de distancia, ya que su estética ha cambiado por completo para ponerse al día, aunque no es uno de esos coches que te comprarías solo por lo bonito que es. Lo suyo es la robustez para enfrentarse a todo tipo de situaciones. Es un monovolumen de grandes dimensiones, no es un coupé para salir a fanfarronear por ahí.

Diseño y dimensiones


Os podrá gustar más o menos, pero no se puede decir que es un coche desfasado. Todo lo contrario. Los diseñadores de SsangYong han mejorado sus líneas considerablemente. Han optado por una concepción más convencional de su diseño y no se la han jugado con aquel pilar C de la anterior generación, que para mi gusto estaba demasiado inclinado.

Sus dimensiones no pasan desapercibidas. Mide 5.130 mm de altura (3.000 mm de distancia entre ejes), 1.915 mm de anchura y 1.815 mm de altura (1.850 con rieles). Con semejantes cifras, y con un peso en vacío que ronda los 2.000 kilos, ya os podéis imaginar todo lo que cabe dentro de un Rodius.

Las llantas, de 16 pulgadas, son de aleación a partir del acabado Premium. También puede montar unas de 17 pulgadas con el acabado Limited. Las barras de techo se pueden disfrutar a partir del nivel de equipamiento medio.

Su maletero nos brinda una gran alegría. El portón es gigante y hay que abrirlo con prudencia, ya que necesita algo más de un metro para desplegarse. Lo mejor de todo es que ofrece un espacio fuera de serie, sobre todo si juegas con los asientos de las filas traseras. Aunque no lo hagas, tiene capacidad para siete maletas (875 litros), pero configurado con cinco plazas son 1.975/2.271 litros (plazas abatidas/desmontadas) y con dos plazas son 3.146 litros. Casi nada.

Un interior como el salón de casa


Los materiales empleados en el interior no es que sean de la mejor calidad del mundo. SsangYong no es una marca premium, pero eso no quita que tenga un tacto agradable y que dé la sensación de que te has subido a un coche con buenos acabados. En ese aspecto ha mejorado mucho respecto al anterior Rodius. Lo percibí desde la primera vez que me subí al coche y con el paso de los minutos me fui sintiendo cada vez más cómodo.

Por la disposición de los asientos, que por cierto son muy cómodos, es un 2+2+3. Podríamos pensar que los que viajan detrás van muy apretados, tal y como sucede en otros monovolúmenes que hemos probado. Sin embargo, con un Rodius nunca hay peleas por abrir las rodillas más de la cuenta. Es como viajar en un autocar de los cómodos, de los que te invitan a dormir después de una larga excursión.


La fila central está compuesta por dos asientos que se pueden desplazar como quieras. La versatilidad es uno de sus puntos fuertes, algo que queda reflejado en el hecho de poder situar los asientos de esa fila en el sentido contrario a la marcha. Jugar y mantener una conversación sin gritar es mucho más fácil y el conductor lo agradece. Se acabó lo de escuchar eso de: «Mamá, papá, ¿cuánto falta?».

En la parte trasera de los asientos de la fila central hay dos bandejas con un hueco para colocar un refresco. Por encima se despliega una pantalla con DVD para ver películas, fotos, etc. El entretenimiento está asegurado, desde luego.

Equipamiento, seguridad y tecnología

Sin moverme del interior os tengo que hablar de una gran dotación de equipamiento. La versión más básica (Rodius e200Xdi) incluye cuatro airbags, climatizador, equipo de música con MP3, conectividad Bluetooth, puerto USB, toma auxiliar, anclajes ISOFIX, ayudas electrónicas y ordenador de a bordo. Este último se muestra en la pequeña pantalla que hay justo por encima del volante. Podemos obtener información sobre 28 indicaciones de alerta, consumo instantáneo y velocidad.

El cuadro de instrumentos se encuentra en la consola central, justo por encima de la pantalla táctil que permite seleccionar todo lo relativo a la climatización, el audio o la navegación.

Un escalón por encima está el acabado Premium. A todo lo anterior hay que sumarle los cristales tintados, los mandos en el volante, las barras de techo, el navegador multimedia con DVD para las plazas traseras, la cámara de asistencia al aparcamiento y varias llantas.

Por último, el acabado Limited es el que ofrece un equipamiento más completo. Con él podemos disfrutar de una tapicería de cuero con el volante y los asientos calefactados, además de las llantas de aleación de 17 pulgadas que he mencionado anteriormente. Por si fuera poco, también incluye un techo solar eléctrico.

En lo que a tecnología de seguridad activa se refiere, hay que decir que la tracción 4×4 solo está disponible con la opción más cara, el Rodius Limited automático. El resto se conforman sin ella y con ABS, ESP (Control de estabilidad), EBD (Distribución electrónica de la fuerza de frenado), TCS (Control de tracción), BAS (Asistencia en frenadas de emergencia) y ARP (Sistema antivuelco).

Motorización y sensaciones de conducción

El motor que monta es un nuevo 2.0 e-Xdi de 155 CV diésel que entrega 360 Nm de par máximo. Reemplaza al 2.7 de 165 CV de origen Mercedes-Benz y lo hace dejando una muy buena impresión. Es muy silencioso y han logrado un mejor aislamiento que también se traduce en menores vibraciones en marcha. Aunque el motor suele funcionar en un régimen más alto de lo normal, esas mejoras hacen que no sea para nada molesto.

En la unidad que probé iba asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. También está disponible con una automática de cinco velocidades E-Tronic, pero no puedo deciros qué tal va porque no he podido probarla.

Con la transmisión manual se mueve con mucha suficiencia. Por increíble que parezca, no pasa apuros para tirar de sus más de dos toneladas, aunque evidentemente no es un coche para ir con prisa a los sitios. El hecho de tener un alto centro de gravedad y unas suspensiones blandas hacen que no sea el modelo más seguro del mundo a la hora de tomar curvas cerradas.


Algún tipo de balanceo es inevitable y lo mejor es no abrir gas hasta enderezar la dirección. Por suerte la electrónica está ahí para asistirnos, así que no hay que temer por nada. Hablando de asistencia, hay que reconocer que la dirección ofrece un tacto muy asistido, ideal para moverse por ciudad con soltura.

El consumo medio homologado es de 7,5 l/100 km (7,8 con cambio automático y 8,1 con tracción integral), siendo de 9,8 l/100 km en ciudad y de 6,4 l/100 km en carretera. Son cifras bastante buenas para un monovolumen de semejantes dimensiones.

Precios para España


Como opcional, la pintura metalizada cuesta 460 euros.

Conclusión

Si tuviera una familia numerosa no me lo pensaría. La relación calidad/precio del Rodius es insuperable. Viene más equipado que nunca, con espacio más que suficiente y a un precio muy competitivo. De hecho, la versión más económica te puede salir por lo mismo que te puede costar un compacto.

En calidad ha dado un salto importante respecto a su antecesor. Por eso considero que es una opción muy sensata para quienes buscan un monovolumen de grandes dimensiones. La única pega puede ser encontrar una plaza de parking donde quepa sin problemas, porque por lo demás es un vehículo muy recomendable. Espacio, equipamiento y confort, por este orden, son las palabras que mejor definen al nuevo Rodius.

Rodius en movimiento

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