Prueba: Opel Ampera


Nuestra última prueba me ha permitido conducir el Opel Ampera, una de las grandes apuestas de la firma alemana en los últimos años. Recorrí algo más de 500 kilómetros por Barcelona y alrededores para empaparme de su esencia, para dejarme llevar por un eléctrico de autonomía extendida que ofrece consumos muy reducidos, seguridad, fiabilidad y, por qué no decirlo, exclusividad.

Todo el mundo se echa las manos a la cabeza cuando se entera de que cuesta más de 40.000 euros. Es verdad, es un Opel, pero no es un Opel cualquiera. Me explico…

Exterior

El apartado estético hay que cogerlo con pinzas y hay que intentar ser lo más objetivo posible. Entiendo que el Ampera es un coche que llama la atención por la calle pese a no ser de una marca premium. Puede gustar mucho o no gustar nada, creo que no hay término medio porque no deja indiferente a nadie. A mí tengo que reconocer que me ha ganado, aunque hay una serie de detalles que tal vez suprimiría o modificaría.


Al ser un modelo que se produce en una tirada bastante limitada, no hay que lamentar la utilización de tapacubos, plásticos negros y demás accesorios que no están a la altura de un coche que pretende estar uno o dos pasos por encima de la media.

Su diseño podríamos calificarlo de futurista y deportivo. No es la típica berlina que se conforma con unas líneas conservadoras. El frontal es muy afilado, con unos grupos ópticos que parecen unirse a los faros antiniebla por una franja negra que los conecta. La zaga, por su parte, es muy del estilo de los coches americanos. Da una sensación de amplitud que va en consonancia con lo que nos encontramos en su interior. Los grupos ópticos parecen querer unirse por una franja negra situada justo por debajo del pequeño alerón.

Las llantas son muy curiosas. Son de 17 pulgadas y diferentes a las que estamos acostumbrados a ver por ser una mezcla de llanta de aleación y cubierta aerodinámica. No es que me entusiasme, pero al final le acabas cogiendo cariño a ese detalle. Además, va en sintonía con la franja de color negro que recorre su cintura justo por debajo de las ventanillas. Si la carrocería estuviera pintada de color blanco seguro que la combinación le sentaría mucho mejor.


El paragolpes delantero está muy cerca del suelo, especialmente por culpa de un labio que al pasar por rampas y badenes rasca rápidamente el asfalto. Hay que tener cuidado.

Su diseño arriesgado tiene algún que otro inconveniente. El portón trasero se abre demasiado y al bajarlo se cierra con bastante facilidad. Esto último, que podría parecer una ventaja, no lo es hasta que no te acostumbras. Los portazos de cuando dejas a alguien que tiene que coger algo del maletero mientras estás dentro del coche están asegurados.

Otro inconveniente relacionado con el maletero, que por cierto tiene una capacidad de 310 litros (bastante pequeño), es que no está bien protegido. Una lona flexible que no lo tapa todo es lo único que hay para ocultar la carga. Evidentemente, dejarse algo de valor puede ser sinónimo de luna trasera destrozada.

Interior

El interior es lo que más me ha decepcionado. Me ha decepcionado sobre todo por culpa del salpicadero y la consola central. En conjunto es demasiado soso, poco intuitivo y con materiales que rompen su armonía futurista.

Antes de abordar ese tema, tengo que decir que se trata de un cuatro plazas que ofrece el máximo confort a todos los pasajeros gracias a sus asientos de cuero. Seguramente no podría decir lo mismo si existiera una quinta plaza, pero en este caso creo que han acertado sacrificando la plaza trasera central. Además, detrás hay doble posavasos, una toma de 12 voltios, huecos en las puertas y una bolsa situada en el lugar donde iría esa plaza que han suprimido.


Algo que hay que alabar es lo silencioso que es, mucho más que cualquier vehículo híbrido. Aunque esté en funcionamiento el motor gasolina y pisemos el acelerador apenas escuchamos ruido. Eso sí, tanto aislamiento tiene un problema: pesa mucho.

El climatizador funciona de maravilla y es posible seleccionar un modo ECO para gastar lo mínimo. La única pega es que es monozona. Además, si hace frío siempre se pueden utilizar los asientos calefactados (de serie con el acabado Selective). Os aseguro que van de maravilla, aunque los desactivé rápidamente porque en pleno verano no es muy buena idea…

El Ampera se arranca pisando el freno y accionando un botón de arranque como los que se pueden encontrar en otros modelos como por ejemplo el Hyundai i40. El sonido que emite el coche al accionarlo es una melodía futurista que nada tiene que ver con el ruido de tractor de un diésel, por ejemplo.


Volviendo a lo del salpicadero y la consola central, tengo que deciros que me ha dado muy mala impresión. Los materiales empleados son de plástico en su mayoría, de poca calidad para un coche de esta categoría. No son nada vistosos y casi siempre tienes que quitar la vista de la carretera para utilizarlos porque hay un exceso de botones. La pantalla de 7 pulgadas que incluye es táctil, pero también hay que desviar los ojos de la carretera para utilizarla. Supongo que una semana es poco tiempo para acostumbrarse, pero también es verdad que con ese mismo tiempo me he podido acostumbrar a la consola central de otros coches que también tenían muchos botones.

Por último, tengo que hablaros del navegador con sistema de sonido Bose®, a la última para que escuchar música sea un verdadero placer. Con sus seis altavoces y la calidad de sonido garantizada, lo más normal es ir subiendo el volumen de las canciones sin darse cuenta. Eso sí, del navegador no os podéis fiar mucho porque no es excesivamente práctico y lía bastante. No tiene nada que ver con el navegador de otros modelos Opel que hemos probado, como por ejemplo el del Opel Zafira Tourer.

Conducción

Sentir los 370 Nm de par máximo desde el primer acelerón es un gustazo. Te permite ganar por goleada a cualquier coche que no cuenta con unas prestaciones fuera de lo común. Eso sí, a partir de los 50 km/h le cuesta más que a cualquier otro coche con 150 CV por culpa del peso. Los 80-120 km/h los hace en 6 segundos y a partir de los 120 km/h es muy del montón, a no ser que utilices el modo Sport para ir más desahogado. Con este modo el acelerador responde de forma más directa y se disfruta más.


En curvas se agarra bastante bien, aunque no es un coche para ir haciendo el loco. Es más para disfrutar de cada acelerón con un suave sonido celestial que justifica (o no) la importante cantidad de euros que hay que desembolsar para tenerlo. Además, sus dos sistemas de frenos gestionados automáticamente son capaces de convertir la energía cinética en electricidad. En más de un 90% de las situaciones el freno regenerativo es más que suficiente.

Tecnología

Su avanzada tecnología le permite ser un eléctrico que no depende única y exclusivamente de la electricidad almacenada en las baterías de ion litio. Eso le permite gozar de una autonomía total que no está nada mal (entre 540 y 580 kilómetros aproximadamente) y una potencia digna de un modelo que ha levantado tanta expectación.

La tecnología E-REV, la misma que lo bautiza como un vehículo eléctrico de autonomía extendida, permite almacenar la energía en un pack de baterías de iones de litio de 16 kW/h que se pueden cargar en cualquier enchufe de 230 V. Esas baterías colocadas en forma de T sirven para alimentar el motor de 150 CV y asegurar entre 40 y 80 kilómetros de autonomía en modo eléctrico. Cuando se supera esa distancia entra en acción un motor-generador alimentado por gasolina que es capaz de ampliar la autonomía en algo más de 500 kilómetros.


Sus baterías merecen especial mención. Actualmente los coches híbridos utilizan baterías de níquel e hidruro metálico, mientras que el Ampera dispone de un pack de baterías de 16 kW/h que está formado por más de 200 células de iones de litio. Con esas baterías es posible lograr entre el doble y el triple de energía de la que se consigue con las otras baterías. Por si fuera poco, ocupan menos espacio y ofrecen una mejora en la relación energía/peso, algo que acaba repercutiendo en la eficiencia.

Otro punto a favor de este tipo de baterías es que apenas sufren efecto memoria y pierden muy poca energía cuando no se utilizan.

Motorización

El Ampera cuenta con tres motores, un eléctrico de 150 CV, un eléctrico auxiliar que sirve de generador y un gasolina 1.4 ECOTEC® de 86 CV.

Motor eléctrico: gracias a él es posible recorrer entre 40 y 80 kilómetros en modo eléctrico. Lo de 40 es bastante más real que lo de 80, y si los exprimís por carretera esa cifra se reduce todavía más.

Motor gasolina: en cuanto se termina la batería del motor eléctrico entra en funcionamiento. Antes no lo hace. En ese momento interviene el motor-generador, accionado por el motor gasolina para alcanzar una autonomía extra de poco más de 500 kilómetros. Este dato es el que le convierte en un eléctrico de autonomía extendida, el que hace que no sea un engorro salir de la ciudad como sucede con el resto de eléctricos.

El motor eléctrico tiene una gran ventaja, y es que los 370 Nm de par máximo son inmediatos y permanentes. Es una característica que le otorga un dinamismo que se agradece mucho. Opel asegura que las emisiones de CO2 son de 27 g/km y el consumo medio homologado es de 1,2 l/100 km. Eso cuando trabaja el motor gasolina, porque cuando tira de las baterías las emisiones y el consumo son igual a 0. Sin embargo, y basándome en los datos de la prueba, el consumo se puede ir a una media de 5,5 l/100 km por ciudad utilizando el motor gasolina.

Ficha técnica

Motor: 3 motores (un eléctrico, un eléctrico auxiliar que sirve de generador y un gasolina)
Par máximo: 370 Nm desde 0 revoluciones
Velocidad máxima: 161 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 9 segundos
Consumo urbano: 1,2 l/100 km
Consumo extraurbano: 1,2 l/100 km
Consumo mixto: 1,2 l/100 km
Combustible: Gasolina
Emisiones: 27 gramos
Longitud: 4,5 metros
Altura: 1,43 metros
Ancho: 2,12 metros

Recarga

Recargar el Opel Ampera es muy fácil, pero existe un importante problema. No hay modo de carga rápida, por lo que la batería se carga en aproximadamente 6 horas. Eso utilizando el cable de carga (viene incluido de serie) y un enchufe doméstico de 220-230 V en una instalación de 10 A. Si la instalación es de 6 A se puede ir hasta las 11 horas. Sólo hay esas dos opciones de amperaje (antes había cuatro sumando la de 13 A y 16 A).


Seguro que muchos de vosotros os preguntaréis cuánto cuesta una Estación de Carga Doméstica Voltec. Pues bien, el precio recomendado es de 395 euros, a los que hay que sumar el coste de instalación en la pared del garaje.

El Ampera también se va recargando gracias a la frenada regenerativa. Esto significa que la energía cinética se convierte en electricidad que se almacena en la batería. En posición «L» (Low) se consigue una mayor eficiencia energética. Por ejemplo, en un descenso pronunciado la unidad de propulsión eléctrica realiza un efecto de freno motor. Con ello se gana en seguridad y se envía la energía excedente al pack de baterías. Lo que se consigue es cargar las baterías y aumentar la vida útil de los componentes de los frenos al reducir su uso.

Si os fijáis en la imagen que se muestra más arriba, una luz LED situada entre el parabrisas y el salpicadero se ilumina de color verde para hacernos saber que el coche se está cargando correctamente.

De cargar el coche en un lugar que no sea un garaje casi que os podéis ir olvidando. Todavía no estamos preparados para los eléctricos. Hay pocos puntos de recarga y hasta los centros comerciales no están informados del servicio que teóricamente ofrecen. Eso por no decir que algunas compañías eléctricas piden una tarjeta que no está incluida y que sirve para desbloquear sus puntos de recarga. Un caos.

Equipamiento

El equipamiento del Ampera es absolutamente premium. Tanto el acabado Selective como el Excellence pueden presumir de ser muy completos.


El acabado Selective incluye como elementos destacados los siguientes: freno de estacionamiento eléctrico, área de almacenamiento con el cable de carga, cable de carga con indicadores LED, ABS con distribución de la fuerza de frenada y asistencia a la frenada de emergencia, consola central delantera con apoyabrazos, 8 airbags (frontales, laterales, de cortina y de rodillas), avisador de cinturón de seguridad delantero, sistema de pérdida de presión de neumáticos, asientos confort de cuero, llantas de aleación de diseño 7J X 17 con 5 radios en forma de Y y cubiertas aerodinámicas, spoiler trasero, neumáticos 215/55 R17 94H, kit de reparación de neumáticos, cubremaletero extensible, Bluetooth, 6 altavoces, pantalla central táctil de información gráfica de alta resolución de 7 pulgadas, arranque sin llave, controlador de velocidad de crucero, faros automáticos (ALC), luces de lectura delanteras y traseras, sistema de alerta de peatones, toma de corriente 12v del./tras. y en el maletero, etc.

El acabado Excellence incluye lo mismo que el Selective más lo siguiente: asientos delanteros calefactables y regulables y volante en cuero multifunción.

¿Qué es lo que se queda fuera como opcional? Pues la verdad es que no mucho: el navegador con sistema de sonido Bose®, la cámara trasera y la asistencia al aparcamiento. Pude probar estos tres opcionales y os puedo asegurar que son una maravilla, sobre todo el sistema de sonido Bose®.

Precios para España

Los precios parten desde los 47.305 euros con el acabado Selective. Con el acabado Excellence parten desde los 48.945 euros. Eso sí, hay que descontar la subvención de 4.000 euros que ofrece el Gobierno.

Conclusión

Si la gente se lo queda mirando es por algo. Os aseguro que pese a ser un Opel llama la atención, y creo que para bien. Es un coche futurista con unas líneas muy marcadas que le otorgan personalidad. Sinceramente pienso que se vendería como churros si no costara más de 40.000 euros. Mi puntuación es de 9 sobre 10, aunque si tuviera que juzgar la relación calidad/precio lo puntuaría con un 7.

Por último, os animo a que probéis el configurador del Opel Ampera para diseñar el modelo que para vosotros sería el ideal y a que os descarguéis su aplicación llamada ‘MyAmpera’ para iPhone y para Android.

Fotos: José Atajagüeces

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