Desde Rusia nos llega otro accidente, en esta ocasión protagonizado por un 4×4 de la policía. Circula por una carretera a demasiada velocidad por el carril derecho y el conductor de un Renault Clio familiar no es capaz de advertir su presencia por el retrovisor (cuando se da cuenta ya es demasiado tarde).
Como el todoterreno es muy viejo (yo diría que de la época de Borís Yeltsin o anterior), no hay ayuda electrónica que valga ni nada por el estilo y corregir la posición es una quimera. Por eso acaba volcando y dando vueltas de campana hasta que finalmente se detiene de lado.
Salvados por la tartana
Aunque el accidente podría formar parte de una de las entregas de Fast & Furious, la carrocería es de acero y los policías se libran de lo que con otro coche hubiera significado una muerte segura. De todas formas no creo que estuvieran muy contentos con el conductor del Clio.
¿Quién creéis que es el culpable? Yo voto por el policía.