7 experimentos de Toyota en los años 60 y 70


Son muchos los diseñadores que han intentado dar pasos quizá demasiado grandes en la evolución del automóvil, ya sea mediante “inventos” a la desesperada o con mecanismos de lo más inusuales. Como nº1 mundial en las ventas de coches, Toyota posee un pasado tan impresionante como emprendedor a la hora de confeccionar nuevos modelos para las familias de los años 60 y 70. De las mismas páginas de historia hemos rescatado una colección de 7 coches experimentales de Toyota que quedaron olvidados en el pasado.

Toyota Publica Sports de 1962


El Toyota Publica Sports vio la luz en el Salón del Automóvil de Tokio de 1962 marcando el primer paso a la fabricación de su hermano mayor, el mítico Sports 800. Lo más llamativo del vehículo es que no disponía de puertas, sino de una capota deslizable inspirada en la aviación que permitía el acceso al interior y que además, se podía quitar para convertir el coche en un descapotable. Sus idilio con la industria aérea no acaba ahí, ya que el Publica usaba tecnología y materiales derivados de los aviones. Eso sí, montaba un pequeño motor de 2 cilindros y 28 CV de potencia que no le permitía “despegar” de ninguna manera.

Toyota EX-7 de 1970


El nombre de Toyota EX-7 proviene del ‘Experimento’ basado en el coche de carreras Toyota 7. Fue presentado en el Salón de Tokio de 1970 con un motor de nada menos 450 CV de potencia y transmisión manual. Cabe destacar que el Toyota 7 tenía entonces 800 CV derivados de su motor v8 con turbocompresores. El EX-7 levaba incorporada un sistema de suspensión independiente a las 4 ruedas con frenos de disco ventilados y muchos rasgos basados en modelos como el Mercedes C111.

Toyota EX-1 de 1969


El ‘Experimento’ nº 1 de Toyota llegó para inspeccionar otras cotas más allá de modelos como el Sports 800 o el impresionante 2000 GT. A primera vista, muchos lo han calificado como el eslabón perdido entre el Maserati Ghibli de 1967 y el Dodge Challenger de 1969, pero a decir verdad el EX-1 tenía tributos propios dentro del marco estilista de Toyota. Este modelo no llegó a complacer a todo el mundo pero sirvió como vista premilitar del Toyota Celica Coupé de 1970.

Toyota EX-II de 1969


El segundo vehículo conceptual bajo el nombre ‘EX’ fue un tanto diferente al resto. Si los presentes al Tokyo Motor Show de 1969 esperaban un modelo aún más futurista y sorprendente que el EX-1, se iban a llevar un buen chasco. Se trataba de un mini concept car eléctrico de dos plazas con aerodinámica «gota de agua» cuya cabina tenía integradas dos ventanas como ojos de buey, al más puro estilo de los submarinos.

Toyota EX-III de 1969


El EX-III (Experimento 3) fue presentado junto a sus hermanos EX-1 y EX-2 en el Salón de Tokio de 1969 y fue, con mucha diferencia, el más avanzado de todos. Al igual que el pequeño de la familia (EX-1), este contaba con «todos los sistemas de motorización, seguridad y comodidad que exigirá el día de mañana» según anunciaba el folleto de Toyota. Destacan sus líneas ligeramente canteadas y las grandes branquias de las dos aletas delanteras. Eso sí, la marca japonesa no dio nunca muchos detalles del motor que supuestamente llevaría.

Toyota RV-2 de 1972


El modelo RV-2, presentado en el Salón del Automóvil de Tokio en 1972 y un año después en Nueva York, es hoy en día un modelo bastante desconocido. Se trataba de un coche familiar que se abría como una gran caja de bombones. Así es, el RV-2 poseía un sistema interior de bisagras que permitían abrir dos grandes compuertas de la zona trasera. La estética recordaba un poco al Toyota EX-7, aunque se quedó muy por detrás de él. El EX-7compartió gran parte de su mecánica con el Toyota Crown de 1972, aunque este montaba un motor de 2600 cc capaz de rodar a 190 km/h.

Toyota F101 de 1973


En su día fue denominado «sedán del futuro» por sus puertas asimétricas de tipo alas de gaviota, las cuales llamaron mucho la atención del público en el Salón Internacional del Automóvil de Tokio de 1973. Utilizaba un pequeño motor de 2 litros y 97 CV de potencia y además contaba con frenos de disco a las cuatro ruedas y una suspensión completamente independiente.

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