Llantas de fibra de carbono


La empresa australiana Carbon Revolution ha puesto ya a la venta en Estados Unidos su invento -como bien dice el nombre- revolucionario. Ni aluminio ni aleaciones de metales. La clave está en construir una llanta de una sola pieza hecha íntegramente en fibra de carbono. El primer modelo que hicieron fue para el Porsche 911, y supone un aligeramiento de 4,5 kilos por rueda. Los resultados arrojan ganancias en aceleración, giro y ahorro de combustible más que notorias.

Carbon Revolution asegura que también hay una reducción drástica en el ruido, las vibraciones y la dureza, porque la fibra de carbono, por naturaleza, ya tiene propiedades absorbentes y amortiguadoras. O sea que trabaja codo con codo con todo el conjunto de la suspensión. Esto implica que se pueden desarrollar o emplear otro tipos de ingeniería de amortiguación que sean también más sencillos, ligeros y efectivos.

Ahí va el susto: el precio de cuatro llantas ahora mismo está en 11.000 euros. Extrapolar esto a un coche, digamos, común, no tiene mucho sentido. El ahorro en combustible tardaría decenios en amortizarse. De manera que el cliente potencial es el propietario de un superdeportivo que se pasa el fin de semana rompiéndose los sesos para conseguir rascar unas décimas de segundo por vuelta en un circuito.

Homologación y modelos disponibles

El fabricante también dice que la resistencia y durabilidad de las llantas es equivalente a las de aluminio. La Sociedad de Ingenieros de Automóviles (SAE en Estados Unidos) las ha homologado y aprueba este dato sobre su ciclo de vida útil.

El que desee importarlas desde Estados Unidos tiene tres distribuidores ahora mismo, todos ellos en el Estado de California: BBI Autosport, RSTRADA Limited y Wheel Warehouse. Los modelos disponibles son para el mencionado Porsche 911, el Lamborghini Gallardo y el Audi R8. Próximamente en sus tiendas, las llantas de fibra de carbono para el BMW M3.

Además de caras, el proceso de manufacturación es extremadamente lento y dificultoso. Carbon Revolution está ultimando un proceso automatizado de fabricación que le ha de permitir construir unas 6.000 llantas al año.

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