¿Carreteras solares? ¿Eso qué es? Se trata de un proyecto que para muchos no es más que una utopía, pero Scott y Julie Brusaw son una pareja de científicos estadounidenses que sueñan con la posibilidad de que algún día sea realidad.
Se llama Solar Roadways y nació en un garaje de Idaho, como nacen casi todas las grandes ideas al otro lado del charco. Allí empezaron a darle forma a unas carreteras dotadas de inteligencia artificial que pueden interactuar con los vehículos enviándoles información útil en materia de circulación y seguridad. Pero no solo eso. También son capaces de brillar en la oscuridad y generar energía. Tiene buena pinta, ¿verdad?
Una idea que viene de lejos
Scott piensa en ello desde la década de los 60, cuando era un niño y se dedicaba a hacer unos dibujos que todavía conserva para demostrar que lo suyo viene de lejos. En 2009 recibió un contrato de la Administración Federal de Transporte para construir el primer prototipo y desde entonces no se ha dedicado a otra cosa con la inestimable ayuda de su mujer.
Tres capas
Dichas carreteras están formadas por paneles de 30×30 centímetros. En realidad son celdas solares que absorben la energía del sol a través de tres capas. La primera, la más superficial, está fabricada con un material rugoso y resistente. Es lo suficientemente translúcida como para dejar pasar la luz del sol e incluye tanto elementos calefactores como sistemas de iluminación LED.
La segunda capa está formada por células solares y la tercera es la que se encarga de distribuir la energía que se acumula a la red eléctrica, además de ser la responsable de que se enciendan los elementos calefactores y los LEDs.
Múltiples beneficios
Las carreteras convencionales podrían dejar paso a los paneles fotovoltaicos en un futuro no muy lejano. Sería una gran noticia para el medio ambiente y no supondría un retroceso en materia de circulación y seguridad vial. Son capaces de soportar el peso de los vehículos y proporcionan un agarre parecido al del asfalto evitando la formación de placas de hielo. Pueden cargar los vehículos eléctricos que circulan sobre ellas y generan energía que pueden utilizar las poblaciones más cercanas. Por eso es necesario seguir investigando y apostar por los beneficios que pueden aportar a la sociedad.
Inconvenientes económicos
El principal problema con el que se han topado es el coste de desarrollo e implantación de este proyecto. Para lo primero se están financiando gracias al apoyo de muchas personas que han aportado dinero a través de la página Indiegogo, famosa por servir para esta clase de menesteres. En estos momentos ya han recaudado más 1.300.000 dólares. Para lo segundo están convencidos de que a la larga será rentable, puesto que es capaz de generar electricidad y también podría mostrarse publicidad en lugares como aparcamientos.
Veremos cómo avanza y si pronto hay pruebas reales. De momento tenemos que conformamos con los dos vídeos que han publicado sobre Solar Roadways.
son robots al fin y al cabo, todos los aparatos electrónicos dan fallos y esos fallos podrían acabar con la vida de al quien.