Toyota híbridos: siete cosas que deberías saber


En la cuestión de la electrificación habría un severo problema ecológico en el caso de que todos los coches comenzasen a ser impulsados por baterías. La hibridación, en la historia de la automoción, no es más que un destello, un instante, una transición. Pero no una solución a veinte años vista.

La opinión general es que nuestra generación empleará cada vez más híbridos hasta que se pase a otra pila de combustible más inocua para el planeta. Pero los coches totalmente eléctricos no sumarán mayoría, por su precio y por su dudosa limpieza.

Dejando a un lado el tema del futuro de las baterías, de cómo van a fabricarse, reciclarse o gestionarse para que no sea peor el remedio que la enfermedad, quiero explicar siete datos esenciales sobre los híbridos de Toyota. Son cifras frías, luego cada conductor puede sacar sus conclusiones apoyándose en su criterio propio.

1- Conducción

Los híbridos son fáciles de conducir. Si exceptuamos al Honda CRZ, todos los híbridos son automáticos. Como incorporan control de crucero, a veces no hay ni que pisar el gas. Son suaves de dirección y exigen muy poco al conductor.

2- Cuarenta años

Es lógico que el potencial cliente sea suspicaz. Que se pregunte si la tecnología híbrida es fiable. La respuesta es sí. El primer Toyota híbrido fue el Toyota Crown de 1975. O sea que en un par de años Toyota ya sumará cuatro décadas de desarrollo y perfeccionamiento de motores híbridos. Salvo que tengas la mala suerte de que tu unidad salga maldita de la cadena de montaje, los híbridos tienen menos averías un diesel.

3- Ventas

Aunque en España ya no se venden ni carromatos tirados por mulas, hay en circulación más de cinco millones de Toyota híbridos en circulación. La venta traza una curva ascendente. Muy, muy ligeramente, pero la curva es ascendente.

4- Potencia

Toyota enfoca sus híbridos para el mínimo consumo y la máxima sostenibilidad para el bolsillo del cliente, pero eso no significa que un híbrido no pueda ser potente. El Toyota 210MPH Race Car consiguió un podio en la última edición de las 24 horas de Le Mans. Si hay demanda, no tardaremos en ver compactos o utilitarios sport híbridos.

5- Patriotismo

Hay gente en todo el mundo que intenta que su dinero no se vaya a otros países cuando compra un coche. Toyota no sólo fabrica híbridos en Japón, ahora mismo también los está montando en Europa, en el Reino Unido, y acaba de abrir en España un importante centro logístico de distribución de recambios. Si el sur de Europa se inclina por los híbridos, Toyota no dudará en traer plantas aquí. Todo depende del beneficio económico; por algo es una empresa.

6- Emociones

En las capitales, si algo sobra es estrés. Conducir un híbrido, sea de la marca que sea, nos induce sin darnos cuenta a un estado más calmado dentro del vehículo. Eso lo he podido comprobar en mis carnes. Y estar más sereno nos hace usar menos el claxon, dar menos acelerones, frenazos y o hacer cambios de carriles desesperados. De alguna manera nos apacigua igual que la música y el riesgo de accidentes ocasionados por nuestra propia adrenalina puede disminuir.

7- Durabilidad

Algunos talleres de Toyota han reportado haber hecho revisiones rutinarias y sin mayores problemas que los habituales a coches híbridos con 500.000 kilómetros. Luego que nadie se extrañe cuando los taxistas se tiran de cabeza a por el Prius, un fenómeno que en mi ciudad se está convirtiendo en masivo.

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