Peugeot presentó el BB1 Concept en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 2009. Ha llovido mucho desde entonces, pero siempre está bien recordar modelos futuristas que jamás llegaron a fabricarse.
Era un pequeño utilitario eléctrico de 2,5 metros de largo que prometía plantar cara al Smart fortwo. De hecho, por sus características también podía restar ventas al Renault Twizy, que se fabrica en la planta de Valladolid desde 2011.
No era un coche demasiado atractivo y tenía rasgos propios de un prototipo, pero quién sabe lo que hubiera sido capaz de lograr si los directivos de la firma francesa hubieran apostado por él en su día. ¡En su interior había espacio para cuatro personas!
Revolucionario
En su día hablaron de un coche adaptado a la movilidad urbana del futuro. Era perfecto para moverse entre calles estrechas o para aparcar en rincones imposibles para la mayoría de los de su especie. Y además de eso, se movía sin contaminar y sin consumir ni una gota de combustible. En definitiva, la única pega que podíamos encontrar residía en su autonomía, que con 120 kilómetros no te invitaba a dar muchas vueltas.
Los dos motores eléctricos que montaba justo dentro de las ruedas traseras le permitían moverse con alegría. Michelin, que también participó en el desarrollo de este proyecto olvidado, se preocupó de que pudiera acelerar de 0 a 30 km/h en 2,8 segundos y de 0 a 60 km/h en 4 segundos. Eran prestaciones muy decentes para una época en la que los eléctricos estaban menos extendidos y nadie se imaginaba que algún día se fabricarían superdeportivos sin motores de combustión.
La crisis tuvo la culpa
¿Por qué no se aprobó su producción? No se aprobó porque Peugeot vivió una profunda crisis entre 2009 y 2013 que le obligó a descartar prototipos que aspiraban a algo más. El BB1 Concept fue uno de los grandes damnificados, y eso que se iba a fabricar en la plataforma de Mitsubishi destinada a los eléctricos, esa que dio a luz a los Peugeot iOn y Citroën C-Zero, además del i MiEV de la casa.
