¿Crees que lo sabes todo sobre los cristales tintados? Por si no es el caso, hoy quiero hablarte de todo lo que tiene que ver con una opción que muchos deciden contratar a la hora de comprarse un coche, aunque siempre estás a tiempo de decantarte por ellos acudiendo a un taller especializado que se dedique a instalar lunas de este tipo.
Ventajas y desventajas
La ventaja más evidente de todas es la que tiene que ver con la protección respecto al sol. Un cristal tintado puede actuar como unas gafas de sol puestas en tu cabeza. Las láminas hacen que el sol no penetre con tanta dureza y eso repercute en favor de los ocupantes, que pasan menos calor, y de la tapicería, que puede resistir mejor los días de sol.
A la hora de conducir de noche, también es bueno que tengas cristales tintados porque evitarás deslumbramientos con las luces largas de otros vehículos. Circularás más cómodo.
Otro aspecto positivo es el que tiene que ver con la intimidad. Desde fuera no te podrán ver (o lo harán con mucha dificultad) y los ladrones no podrán saber qué hay dentro a menos que miren por los cristales que no están tintados.
El tema de la seguridad también juega a favor de los cristales tintados. Las láminas sostienen los pequeños trozos de cristal en caso de rotura, así que evitan la hipotética caída de los mismos en el interior del vehículo.
La única parte negativa es que con el tiempo te puedes cansar de ellos, aunque hay que decir que existen muchas tonalidades para que nunca los aborrezcas.
Coste
Los precios parten desde los 85 euros que te puede costar un tintado de lunas para un coche de tres puertas. Si estamos hablando de un monovolumen o furgonetas grandes, perfectamente nos podemos situar por encima de los 200 euros. De hecho, existen acabados de todo tipo que hacen que el precio suba más o menos. Lo normal es que por un turismo medio tengas que pagar no menos de 150 euros.
¿Están cubiertos por los seguros a terceros?
Es la pregunta del millón si tienes un coche como el Peugeot 108 Open, que viene con cristales tintados de serie. Hay que decir que en seguros a terceros es posible tener cobertura, pero no es algo que suceda con todas las compañías del sector y siempre hay que leer la letra pequeña para no llevarse un buen disgusto.
Normalmente, las que sí lo ofrecen se encargan de la reposición o reparación de la rotura total o parcial de las lunas laterales, delantera y trasera del vehículo. Un ejemplo que me viene a la cabeza es el de la Mutua Madrileña, que se ha puesto las pilas en ese sentido para captar más clientes, aunque no es la única aseguradora que lo ofrece en estos momentos.
Hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos no se incluyen los techos practicables, corredizos o cualquier otro tipo de capota. Tampoco los daños que tienen que ver con el uso, las huellas o impactos que no son excesivamente significativos. Mientras puedas ver con normalidad y no tengas problemas con los espejos retrovisores, no tendrás derecho a reclamar.