Desde hace mucho tiempo sabemos que los chinos no son tontos. Cuentan con el mercado más jugoso para los fabricantes y han sido capaces de crear una barrera de entrada que ha provocado decenas de bajadas de pantalones. Me refiero al tema de los aranceles a la importación, una losa demasiado pesada que les ha permitido negociar la creación de joint ventures beneficiosas para las empresas del país. Son especialistas en barrer para casa, patriotas de los que no se llevan el dinero a suiza.
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