En la palestra del segmento B más premium, la piel se vende cara. El Mini, el Alfa Mito, el Audi A1, la competencia es feroz. Citroën se lanzó a por todas con el DS3, y aunque las ventas van funcionando, no han acaparado todo el volumen que Citroën esperaba. Y ya han pasado dos años desde que llegó (cómo pasa el tiempo…) La marca de los chevrones se plantea ahora estrategias para seducir al público más joven y se descuelgan con esta serie especial Graphic Art.
Saben que el coche no ha envejecido y que aún conserva su glamour y su estética potente, así que lo que pretenden es hacerlo más personalizable todavía y equiparlo de serie con opciones que la clientela valora.
El exterior del coche está muy marcado por un diseño del techo que puede ser blanco o negro, pero que está adornado con franjas nacaradas. Le han incluido molduras laterales y retrovisores cromados y le han calzado unas llantas de 17 pulgadas. Quitando su especial techo, el resto de la carrocería se puede pedir en ocho colores nuevos. No han tratado de darle un aspecto extremo o deportivo, porque para eso ya tienen su versión Racing. Para mí tiene un estilo más urbanita y desenfadado, o un poco más chic, si me apuras.
Dos opciones
Esta versión del DS3 puede escogerse con dos motores distintos. El primero es un VTi de gasolina de 120 CV desarrollado conjuntamente con BMW. Ahora que los bávaros han firmado un acuerdo de colaboración con Toyota, la alianza con el grupo PSA se va a ir al garete lo más seguro, o sea que este motor puede que sea el último vestigio de la aventura conjunta BMW-PSA. Con esta mecánica, el precio del vehículo es de 17.760 euros. La segunda alternativa es un diésel e-HDi de 90 CV con tecnología Stop & Start, cuyo precio es de 17.990 euros.
Y lo que hablábamos del equipamiento: está bien surtido. Clima automático, ayuda al aparcamiento trasero, sensores de lluvia, encendido automático de luces, reposabrazos central, conexiones USB y Bluetooth… Lo único que queda en el tintero y que puedes pedir como opción es el navegador.