¿Quién ha sido el genio que ha tenido tamaña visión de futuro? La división de lujo de GM ha preparado desde Detroit su sedán más compacto y dinámico para que compita contra el trío de reyes: Serie 3, A4 y Clase C. Pero es un producto que está destinado a hundirse en la ciénaga de los hangares de coches sin dueño. Y más ahora, que oficialmente España es un mercado lowcost. Analicemos porqué este coche, que a priori es sensacional, va a resultar en un estruendoso fracaso.
En primer lugar porque estás compitiendo con tres modelos que están grabados a fuego en el hipotálamo colectivo automovilístico en Europa. Y va a ser difícil que alguien confíe en una marca nueva que no puede garantizar inmediatez en piezas de recambio, precios de seguros razonables o agilidad en los puntos postventa ¿Cuántos concesionarios suman Audi, BMW y Mercedes y cuántos piensa abrir Cadillac?
En segundo lugar porque el ATS es fantástico. 276 CV, turbocompresor, tracción trasera o integral, suspensión adaptativa, barra estabilizadora en el eje anterior, frenos Brembo, pero… Lo siento… Sólo hay un motor disponible. Eso hace que tu horquilla de precios vaya de los 41.205 euros a los 58.140. De acuerdo que si equiparamos potencias, el ATS es mucho más barato que, por ejemplo, un Serie 3 335i, que te sale 8.000 euros más caro.
Pero en Detroit dicen que el ATS representa el lujo al alcance de todos los bolsillos, y eso es una falacia del tamaño de un estadio de fútbol: hay versiones de Serie 3, de Clase C y de A4 que cuestan 30.000 euros. El ATS no puede competir con eso.
Ojalá me equivoque, pero el próximo mes de diciembre seremos testigos del penúltimo error de General Motors. Deberían haberse ido directamente a probar fortuna en Rusia o China.