Scion tC 2014 en Nueva York: el pequeño intruso


Toyota puso la primera piedra de Scion en Torrance, California, hace justamente diez años. Ahora lo celebrarán con una edición décimo aniversario de toda su gama, entre la que cuentan vehículos como nuestro Toyota iQ europeo.

Con esta submarca, el objetivo principal era seducir a la Generación Y. Los chavales más jóvenes, que buscan, o bien coches muy funcionales, o bien deportivos que se puedan pagar. Y les va bien, sobre todo con el tC Coupé. Este bombón que veis es el 40% de las ventas de Scion. Por eso la generación 2014 ha sido tan aplaudida en Nueva York. Allí el tC es un fenómeno de masas.

Le han dado un look mucho más FR-S, coche gemelo de los Toyota GT-86 y Subaru BRZ, pero de coste mucho más terrenal. Así que se quita un poco de encima la piel de muscle car que llevaba en anteriores iteraciones y se confiesa más como samurai. El motor continúa siendo una evolución del 2.5 cuatro cilindros, ahora con 180 caballos y revisado a la baja en emisiones y consumo. Esto hay que planteárselo con mentalidad norteamericana, donde lo que para ellos es un consumo normal, para nosotros es un suicidio económico.

Optimización, modificación…

El cambio de marchas es probablemente lo mejor de esta nueva mutación, porque ahora puede pedirse con la caja automática del FR-S, que utiliza tecnología Dynamic Rev Matching. Sin ser un cambio de doble embrague, los que lo han conducido alaban su suavidad y rapidez. La caja manual ha pasado también de las 5 a las 6 marchas, y la tracción sigue siendo delantera.

Pero los vocablos más repetidos son “optimización” y “modificación”, todo para hacer del tC un coupé con mayor dinámica de conducción y depurar en lo posible el subviraje. Chasis más rígido, barras estabilizadoras nuevas y suspensión reajustada. Es el paquete de mejoras habitual que hacen los ingenieros cuando un modelo lleva varios años sobre el terreno y han recolectado datos de todo tipo de usuarios.

Por dentro lo han querido modernizar con un sistema de infoentretenimiento a la altura de lo que se ha convertido en estándar a fecha de hoy. Pantalla táctil de seis pulgadas, navegador, bluetooth, conectividad con otros dispositivos tipo iPod… Los materiales del interior también han subido un peldaño, bastante en consonancia con una filosofía Subaru: espartano y sencillo, pero de calidad más que aceptable.

La lástima es que Toyota no tiene ninguna intención de traerse este modelo a Europa, ajustarlo y cambiarle el motor para que tenga salida en nuestro mercado. Ninguna intención en absoluto. Sólo los que salten el charco podrán contemplarlo en su esplendor juvenil, colándose entre Mustangs y Camaros como un pequeño intruso, indigesto a más no poder para los acérrimos de los V8.

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