Prueba: Fiat Panda 1.2 69 CV Lounge


Volvemos a la carga con más pruebas de coches del Grupo Fiat. El último modelo que ha pasado por nuestras manos ha sido el Fiat Panda 1.2 de 69 CV con el acabado Lounge. Lo hemos podido probar tanto por ciudad como por carretera y la verdad es que nos ha convencido. Es un urbanita muy preparado y no le importa circular por autopista cuando hay que cambiar de ciudad.

A pesar de sus 69 CV, que probablemente consideraréis que son pocos, os puedo asegurar que va sobradamente bien. Excepto cuando hay pendiente podemos disfrutar de una conducción muy agradable, motivo por el cual se ha convertido en un auténtico superventas. Es práctico, está bien equipado y cuesta muy poco dinero. Ah, y ahora también destaca por su diseño.

Más moderno y juvenil


Estéticamente ha dado un paso al frente. Ya no es un coche feo como muchos opinaban, sino que se ha actualizado con unas líneas juveniles y desenfadadas que le sientan de maravilla. Además, tampoco hay que olvidar que existe una versión 4×4 que hace las delicias de quienes todavía quieren un poco más, pero ese ya es otro tema.

Aparcarlo es muy fácil gracias a sus contenidas dimensiones. Es un urbanita puro y duro y hasta en eso es necesario que cumpla con las expectativas. La suspensión es muy cómoda y se comporta muy bien ante grandes baches, aunque también es verdad que cuando nos enfrentamos a un badén lo mejor es reducir mucho la velocidad para que no sea perceptible en el habitáculo.


La visibilidad es muy buena. Tanto el parabrisas como la luneta son más grandes que en su predecesor, motivo por el cual podemos ver siempre todo lo que sucede en la carretera. Además, los retrovisores son de un tamaño correcto y hacen que todo sea más fácil.

Para un viaje largo no es el coche ideal, no nos podemos engañar. Es cómodo para trayectos cortos (los asientos no son excesivamente cómodos y el ruido exterior se cuela) y hasta ahí puedo leer. La iluminación tampoco es su fuerte (tanto interior como exterior) y no es posible decantarse por unos faros de xenón ni siquiera de forma opcional.

El motor, su gran baza

El motor es el mejor aliado de este Fiat Panda. No es mucha potencia la que ofrece, pero es suficiente y genera muy poco ruido. También consume menos y responde mejor que el motor 0.9 de 85 CV a bajas revoluciones. La única pega es que en adelantamientos a más de 100 km/h sufre muchísimo (por encima de las 3.000 rpm es cuando te das cuenta de que el coche empieza a tirar).

Otro aspecto positivo de su motor es la fiabilidad. Es un motor que ya lleva mucho tiempo dando alegrías y eso desde luego es un seguro de vida y algo muy a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión de compra. Las prestaciones son más humildes que las de un 500 con 69 CV, pero su consumo homologado es de solo 5,2 l/100 km. Claro que a nosotros se nos ha disparado hasta los 7 l/100 km en nuestra particular prueba…

Interior fabricado para el día a día


El habitáculo es funcional y espacioso dentro de lo que cabe. Botones como el «City» hacen que no tengas que hacer mucha fuerza para girar el volante (ideal para aparcar). Hay espacio de almacenamiento justo para cuatro cosas (la guantera no es excesivamente generosa) y los asientos podrían ser más cómodos para mi gusto. Visualmente es atractivo, o cuanto menos más original que lo que habíamos visto hasta la fecha. Que te guste más o menos ya dependerá de la combinación que puedas escoger en el momento de negociar con el comercial.

Para terminar, y como pequeño detalle que me parece relevante, deciros que los repostajes son más cómodos porque la tapa del combustible hace de tapón. Puede parecer una tontería, pero ahorras tiempo y no te ensucias.

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