Nuevo Mercedes Clase C 2014, alguien ha hablado demasiado


Alguien de dentro tiene la boca muy suelta, porque acaba de revelar muchísimos detalles de la cuarta generación del Mercedes por antonomasia, el Clase C. Lo presentarán en el Salón de Génova del 2014, pero se han dejado una puerta abierta y ahí que se ha colado toda la prensa.

El objetivo está claro; acoso y derribo al Serie 3 y al A4. Empezaron con lo de “algo está cambiando en Mercedes” y lo están cumpliendo a rajatabla. El compacto hatchback Clase A ya ha sido nombrado como coche revelación en muchos medios y cuando se comercialice en verano su versión sedán, el CLA, podemos prepararnos para un alud de vítores y alabanzas.

El nuevo Clase C será la máxima expresión de la conectividad con internet desde un coche y la tecnología en seguridad llevada hasta el extremo. Ha sido reinterpretado desde lo más profundo hasta lo más visible para atraer a un público más joven. El “topo” que ha hablado demasiado ha dicho que quieren acabar de una vez por todas con la idea de que un Clase C es el coche que se compra tu abuelo. Está concebido para cumplir cualquier expectativa visual o tecnológica de compradores más zagales.

No lo entiendo

Tengo la impresión de que los alemanes viven en un mundo diferente al mío, o en una realidad que no entiendo. La intención es que el CLA quede posicionado en una franja de precios más permisiva, así que el Clase C escalará un poco más arriba en precios y será más exclusivo que el actual. Vamos a ver, si buscan compradores jóvenes y su estrategia es subir el precio, creo que no lo capto. El actual Clase C ya es un coche espectacular, y si lo compra gente de una cierta edad no es por una filosofía o imagen de marca, sino porque son los que pueden haber ahorrado algo de dinero o prosperado en tiempos que eran mejores. El CLA será carísimo, y el Clase C todavía más. Señores de Mercedes, “público joven” y “dinero” no es un binomio que se cumpla precisamente en estos momentos.

Sea como sea, los alemanes siguen testarudos con sus planes napoleónicos de conquista: harán el sedán, harán el familiar Estate, harán un coupé y harán también un cabrio con capota de lona, al que no se le espera hasta el 2015.

Un estirón

La longitud del próximo Clase C se plantará casi en los cinco metros de coche, dando un estirón con respecto al actual de 10 centímetros más. Eso lo pondrá a la par del presente A4 y superará en 7,5 centímetros al Serie 3. De estos 10 centímetros, 8 corresponden al crecimiento del chasis. La batalla también se alarga como consecuencia otros 4 centímetros y la anchura de los ejes llegará a estar ligeramente por encima del metro ochenta.

Dimensiones externas más grandes se traducen en un interior mejorado. Amplitud para piernas, hombros y cabeza se han holgado para que los ocupantes viajen más relajados y sentados de una forma que roce la exquisitez ergonómica. El tamaño del maletero engorda hasta los 485 en el sedán, una capacidad superior a la del A4 o del Serie 3.

El chasis MRA

Igual que el grupo VAG, Mercedes ha fabricado una plataforma que les sirva para casi todo. Este chasis modular con arquitectura especial para tracción trasera lo estrenará el Clase C, pero se estirará como un chicle para soportar a los futuros Clase E e incluso el faraónico Clase S. Hay otros modelos de Mercedes que están en la recámara y que aún no conocemos; también ellos usarán la MRA.

Dejando a un lado la modularidad, lo importante en este chasis es la mayor rigidez y sobre todo la rebaja del peso. No es oficial, pero la futura versión básica, el C160, estaría por debajo de los 1380 kilos. Si tomamos como referencia las dimensiones del coche, la báscula se detiene en unos números muy livianos.

Sobre las suspensiones hay bastante jugo que sacar: abandonará la disposición MacPherson delantera por un nuevo doble triángulo recién desarrollado para acrecentar el dominio de la dirección y la rigidez de posibles resbaladas laterales. La suspensión traserá se mantendrá como en el actual, con brazos independientes multi-link aunque, como siempre, dicen que los han abonanzado para un mayor refinamiento.

Las mecánicas

Mientras que el CLA que veremos en verano dispone sus cilindros transversalmente, el Clase C lo hace de forma longitudinal. El vano motor está estudiado para permitir que el motor esté situado más bajo. La distribución de pesos será más equilibrada además de acercar al suelo el centro de gravedad.

Sin entrar en los futuros AMG y versiones más descomunales, los propulsores comunes serán de cuatro y seis cilindros en V. El rango de potencia en gasolina arranca en 184 CV con un 2.0 litros turbo y encuentra el tope en un 3.0 bi-turbo con 330 CV.

Los diesel son simplemente una actualización del ya existente 2.1 common rail, derivándose en cuatro escalones que comprenden de los 120 CV a los 220 CV.

Todos tendrán sistema Stop-Start, recuperación de energía en frenada y otras medidas tecnológicas para mayor eficiencia que de momento el célebre topo no ha destapado. Sí que ha calculado una disminución de emisiones media en toda la gama de 20 g/km de CO2.

Y lo más esperado llegará en el 2015. El Clase C híbrido. No más detalles de momento, salvo que se sugiere que tendrá una autonomía puramente eléctrica de 30 kilómetros. Aspiración que me parece muy optimista, pero ya se verá.

La propulsión será trasera aunque estarán disponibles las sempiternas versiones integrales 4matic. La gran novedad es que hasta ahora la tracción total sólo se podía implementar si el volante estaba a la izquierda, pero con el sistema que acaban de diseñar para el próximo SUV GLK, los países que conduzcan con el piloto a la derecha también tendrán Mercedes con tracción integral.

Las cajas de cambio serán manuales de seis velocidades y automáticas de nueve relaciones. Pero los de la estrella están trabajando en un nuevo cambio automático con nueve velocidades y esperan tenerlo listo para cuando el Clase C de cuarta generación reciba su restyling, programado para el 2017.

Tecnología y más tecnología

Una inédita dirección electromecánica que permitirá diferentes opciones de aparcamiento automático según gustos del conductor y suspensión adaptativa serán un estándar en los Clase C.

Lo que habrá que pagar aparte serán los dispositivos heredados del rejuvenecido Clase E. Por ejemplo, una cámara doble que prevé colisiones y frena o detiene el coche para reducir la gravedad del impacto.

La golosina más apetitosa será la siguiente generación del Distronic Plus, un asistente de dirección que sitúa el coche en el centro del carril que seleccionamos y que rastrea el tráfico para mantener siempre la distancia correcta en atascos y procesiones lentas en la clásica carretera atestada. El Brake Assist y el Junction Assist pondrán la guinda en materia de seguridad, ya que pueden detectar coches que se mueven demasiado lentos o peatones, y si el conductor no frena con suficiente fuerza, el ordenador aplica la presión necesaria en el pedal para evitar el impacto.

Siglo XXI pero inalcanzable. En el 2014, me veo más en un Dacia Logan y mi bicicleta de siempre para trayectos cortos.

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