Los noruegos quieren hacer algo muy grande para ser un país todavía más limpio. Se toman muy en serio el tema del cambio climático y las emisiones, así que van a invertir unos 850 millones de euros para crear una red de autovías para bicicletas que conectará las principales ciudades de su territorio.
No todo el mundo está de acuerdo
La propuesta, que por cierto ha sido criticada por determinados sectores que consideran que es demasiado dinero, contempla la creación de diez carreteras de alta capacidad que contarán con dos carriles bici claramente diferenciados. De esta forma será posible conectar las nueve ciudades más grandes del país, algo que agradecerán quienes suelen desplazarse en bicicleta. Eso sí, Noruega es tan grande que se antoja todo un reto completar trayectos como el de Oslo a Bergen, que supera los 400 kilómetros de distancia.
Fomentando el uso de la bici
El Gobierno espera que esta medida sea capaz de incrementar el uso de la bicicleta, que en estos momentos engancha a un 4% de la población. El objetivo es llegar al 20% en menos de 15 años, un porcentaje elevado que sin embargo seguiría estando muy lejos del que se registra en Holanda, donde actualmente se calcula que un 36% de los habitantes utilizan la bicicleta a diario.
¿Por qué hay tanta diferencia entre ambos países? La explicación es sencilla. Noruega es demasiado grande y tanto las ciudades como los pueblos están desperdigados, así que muchas veces se hace imprescindible coger el coche para ir a trabajar o para ir a ver a la familia. En cambio, en Holanda las cosas son distintas, ya que las ciudades y los pueblos suelen estar bastante poblados y la distancia que los separa es pequeña.
Alemania ha puesto en marcha algo similar
Aunque el proyecto de los noruegos es de lo más sorprendente y ambicioso, hay que decir que en Alemania han empezado las obras de una línea de 100 kilómetros que cubrirá Hamm y Duisburgo. Además, hay más proyectos sobre la mesa en ciudades como Múnich o Colonia, donde es habitual ver bicicletas por todas partes.