Leyendas urbanas de la carretera

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Ahora que estamos en verano apetece de vez en cuando tomarse las cosas con un poco menos de seriedad. Seguro que todos conocéis algunas de las típicas historias de fantasmas o fenómenos paranormales que pululan por la red, rumores que se propagan como la peste a pesar de su escasa credibilidad, hasta convertirse en lo que se conoce como leyendas urbanas.

Las carreteras no escapan a este tipo de mitos y leyendas. De hecho, esa carretera nocturna, sinuosa y cargada de niebla forma parte de ese imaginarium colectivo de imágenes y situaciones propensas a dar lugar a leyendas urbanas. ¿Habéis escuchado hablar de ellas?

Chica de la curva

Bueno, la chica de la curva es tan conocida que dudo mucho que aquellos que la vean sigan sorprendiéndose. Existen varias versiones de la leyenda y todas tienen el mismo punto en común: la aparición de una misteriosa chica (vestida de blanco o de luto) en el arcén de la carretera, por la noche y en una vía poco transitada. En algunas versiones, la chica pide subir al coche, en otras no. Según quién lo cuente, la chica sube y avisa al conductor de la existencia de una curva peligrosa, aquella en la que murió; en otras versiones no le avisa y el conductor fallece en dicha curva…

carretera fantasma
Ahora que estás sentado cómodamente leyendo esto, pensarás que es una auténtica tontería, pero si estuvieras conduciendo solo y por la noche sería mejor que no te acordases de este artículo.

Coches sin luces

Otra leyenda urbana, esta con algún viso más de realidad, es la que cuenta la existencia de pandillas que se dedican a circular por la noche con las luces del coche apagado. Según parece, aquel que haga señales luminosas a este vehículo para avisarle de que circula con las luces apagadas, está firmando su sentencia de muerte. La leyenda dice que todo forma parte de un rito de iniciación de ciertas bandas (algunos afirman que sudamericanas, otros lo atribuyen a Europa del este) en el cual el “iniciado” debe acabar con la vida, sea como sea, de todos los ocupantes del coche que le hizo señales. Qué mal rollo, ¿no?

Portales dimensionales

Esta sería seguro una de las leyendas urbanas preferidas de Iker Jiménez. Ya estoy viendo al típico invitado de Iker, un hombre de mediana edad, bien parecido, sin visos de patología mental, un hombre normal, al fin y al cabo, contando en el programa como un día, tranquilamente, iba conduciendo su coche y, de repente, en un punto kilométrico concreto de una carretera perdida, pasó por una especie de portal dimensional que le trasladó a 30 Km. en una milésima de segundo. Ni Son Goku, vamos. Algo puñetero el portal de todas maneras, ¿qué le costaba hacerle aparecer en las Maldivas?

El conductor fantasma

Cuenta la leyenda que esto solo sucede, cómo no, en carreteras apartadas y en noches lluviosas. Una persona (poco previsora, todo parece indicar) hace autostop en esta carretera de mala muerte. Ni un solo coche pasa. El tipo calado hasta los huesos. De repente, un coche (la leyenda no aclara si es un KIA o un Hyundai) se acerca, el autoestopista le hace gestos y el coche se detiene. El hombre sube y el conductor arranca. Empieza a coger velocidad y, justo al aproximarse a una curva peligrosa, el autoestopista se percata de que no hay nadie al volante (os lo habréis imaginado al leer lo de «conductor fantasma») y el coche se estampa con él dentro. La Guardia Civil sigue buscando al conductor fantasma. Es un hombre pálido, de mirada perdida y muy escurridizo.

Curiosidades,
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