Hay gente mala aparcando, pero uno o dos niveles por encima está la mujer que protagoniza el vídeo que se muestra a continuación. Es una ciudadana de Dortmund a la que no se le da nada bien aparcar en huecos grandes, porque su Opel Corsa cabía sobradamente en la plaza que se le apareció como un caramelo en la puerta de un colegio.
Primera, marcha atrás, primera, marcha atrás…
Sus primeras maniobras no fueron las mejores. Entró de cara, en vez de hacerlo engranando la marcha atrás, y tuvo muchos problemas para enderezar el coche. De hecho, a punto estuvo de llevarse una señal de tráfico colocada encima de unas flores muy bonitas que seguramente no habían visto nada peor desde que están ahí.
Las maniobras prosiguieron y pareció llegar el momento final cuando empezó a subir la ventanilla pese a quedarse a un metro de la acera. Falsa alarma. Simplemente lo hacía porque estaba lloviendo, aunque con los calores que le debieron entrar lo más sensato era mantenerla bajada. Y eso hizo, dejar tres o cuatro dedos para coger aire.
Al final, tras seis minutos de movimientos inútiles, decidió abandonar el lugar como si el hueco fuera minúsculo para un utilitario como el suyo. La persona que lo grabó no debió dar crédito a lo que estaba viendo, aunque en esta ocasión, y a diferencia de lo que suele ocurrir en vídeos de este tipo, no se escucharon carcajadas.