Hoy quiero daros un consejo a todos los que felizmente lleváis vuestro coche a reparar a un taller colaborador de una aseguradora. Os lo doy desde la experiencia, desde una mala experiencia que tuve para ser más exacto.
¿Qué es lo que sucedió? Pues que tuve un accidente y decidí llevarlo a uno de los talleres colaboradores de una aseguradora. No voy a decir el nombre de la compañía porque no pretendo desprestigiar a ninguna de ellas, mi único objetivo con esta entrada es que tengáis mucho cuidado a la hora de elegir el taller.
Un ejemplo muy real
Tuve un accidente de tráfico y no se pudo determinar de quién era la culpa. Como es normal, llevé mi coche a reparar a un taller porque tenía rallada la puerta delantera derecha de mi coche y el retrovisor estaba colgando. No era nada grave, pero prefería tener el coche bien, como el primer día.
Para elegir el taller decidí apostar por uno de los que la aseguradora me proponía cerca de casa. Piqué porque me ofrecían un lavado tanto por dentro como por fuera, algo que por cierto no se cumplió a rajatabla.
Mi sorpresa llegó cuando vi que la factura ascendía a 750 euros con el IVA incluido. Ni por asomo la reparación costaba eso, a duras penas llegaba a la mitad. Sin embargo, tuve que pagar los 750 euros, que justamente era lo que tenía contratado con la aseguradora con la modalidad de «Seguro a todo riesgo con franquicia de 750 euros». Qué casualidad, ¿verdad?
Es evidente que me estafaron, tanto la aseguradora como el taller colaborador. El chanchullo que ambos mantienen hizo que tuviera que pagar mucho más de lo que realmente hubiera pagado en otro taller. Piqué en el anzuelo del lavado gratis y terminé pagando unos 15 o 20 lavados más.
¿Moraleja? Nunca llevéis vuestro coche a reparar a un taller colaborador. Tendréis que pagar mucho más de lo normal.
Nota: Lo que os cuento me pasó hace un año, así que no lo digo porque esté encendido.