Coches reales fabricados en impresoras 3D


No hace demasiado tiempo, la impresora era un aparato bastante tosco de más de 12 kg de peso, que copiaba papeles haciendo ruidos mecánicos y cuyos cartuchos o tóner de coloración se cambiaban una vez superadas las 330 hojas. Desde que las impresoras se pasaron al 3D, ahora pueden moldear casi cualquier cosa, hasta coches reales con motor. Has leído bien, los siguientes coches se pueden conducir y todos ellos han salido de una impresora. ¿Qué será lo siguiente?

Nadie sabe hasta qué punto son capaces las nuevas tecnologías de cambiar la vida de las personas. Cuando la primera impresora llegó al mundo en 1976, nadie sospechaba que evolucionarían de tal manera que, por poner un ejemplo, una persona cualquiera podría imprimir en su garaje una armadura de Iron Man.

En 1984, algunas adaptaciones y avances sobre el concepto de la inyección de tinta transformaron esa idea en una máquina de impresión con materiales. Nada más, y nada menos. Si bien los fondos iniciales para el desarrollo de coches en 3D (así como modelos conceptuales), son del todo inviables debido a sus altos costes de producción, algunas empresas están empeñadas en hacer posible lo imposible. Los coches que hemos reunido a continuación, representan lo que puede ser el futuro en la fabricación de materiales automovilísticos.

Strati


En 2014, una gigantesca y pesada máquina impresora llamada BAAM (Big Area Aditive Manufacturing) comenzó a moldear el que sería el primer automóvil reciclable del mundo impreso en 3 dimensiones. Así nació el modelo Strati (traducido como «capas» en italiano) de la empresa Local Motors, un coche elaborado con 212 capas de materiales que tardaron en laminarse unas 44 horas y que, además, alcanza nada menos que 40 km/h, velocidad muy similar a la de los micro-coches.

Cabe destacar que su sistema de propulsión se tomó prestado de un Renault Twizy, incluidos el volante, los mandos y el cuadro de instrumentos. Sus dueños esperan moldear más vehículos a una velocidad de 24 horas/unidad durante los próximos años. Se estima que la vida del Strati es de unos 5 años con una usabilidad constante, aunque si se guarda en un garaje con los cuidados necesarios, podría llegar a duplicar ese tiempo. El Strati podría salir a la venta en diciembre de 2015 y su precio sería de entre 15.000 y 25.000 euros.

Sanya Sihai Car


Sanya Sihai ha sido la primera empresa oriental en elaborar un coche 3D. El vehículo, que ha tardado en completarse cinco días, pesa solamente 500 kilogramos y mide 3,6 metros (medidas muy similares al Seat Mii).

Los chinos no han querido prestar demasiada atención a la potencia del motor, por eso, el bloque no supera los 40 km/h, velocidad que alcanza el anterior modelo Strati, también impreso en 3D. No se sabe si la empresa querrá llevar el vehículo a los concesionarios del país, pero sabemos que el coste de producción alcanza los 1.676 euros la unidad. El color elegido para el primer modelo que salió de la impresora fue el Tyrant Gold (oro tirano).

DM Blade


El DM Blade es el último coche en 3D en salir de la impresora y el más evolucionado de todos. La empresa estadounidense Divergent Microfactories ha querido diseñar un prototipo que destaque en imagen y prestaciones. Por eso, ha instalado un motor de 700 CV capaz de alcanzar los 100 km/h en dos segundos. Con un bloque de semejantes características, el modelo puede hacer cosquillas a muchos coches montados en las conocidas cadenas de montaje mundiales. Sin embargo, aquí hay una ligera trampa, ya que el coche no salió en una pieza de la impresora 3D, sino que fue elaborado pieza por pieza, combinando zonas del chasis con elementos en fibra de carbono. Las piezas del interior también han sido fabricadas de manera convencional, como la suspensión, la batería, la palanca de cambios, etc…

Si a ti también te gustan los coches a escala, no te pierdas este Porsche Cayman hecho en impresora 3D.

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